LA FUERZA Y VOLUNTAD ESPIRITUAL – EL AUTOCONTROL.
El 11 simboliza al Iniciado. Para esta vibración es fundamental encontrar un propósito trascendente que le de sentido a nuestra vida. Conectar con esa energía espiritual que habita dentro de nuestro, pero que viene de otros planos, para lograr poner nuestra personalidad al servicio del espíritu y no a la inversa y así recibir esa influencia sin intervenciones y de esta manera permitir que ésta se expanda e integre los designios superiores.
Todas las cosas de la Tierra están moldeadas de conformidad con un modelo estelar, siendo el propósito de la evolución terrena el impulsar al hombre a reconocerse como un creador, que debe trabajar en armonía con el plan divino. Las lecciones necesarias para tal desarrollo llegan a través de los ritmos vibratorios del número 11.
La sabiduría antigua define los poderes del 11 como: “En mi poder todas las cosas están en perfecto equilibrio; yo uno a los opuestos; cada uno a su complemento” El Once desarrolla el poder del alma mediante el servicio amoroso y altruista.
EL DESAFÍO: sentir y activar toda la fuerza del espíritu conforma lo que somos. Es es una energía que es femenina y receptiva, de modo que nos conecta con todo y nos impulsa a la apertura desde la sabiduría. Al dejar que esa fuerza tome control, la falsa identidad se vuelve abre y entrega, dejándo que la energía superior la impregne para producir la transformación.
Cuando hay resistencias, la personalidad lucha con el espíritu impidiendo que abracemos nuestra esencia, debilitándonos, haciendo que malgastemos una energía que es vital para alcanzar y trascender este proceso tan significativo.
Es una guerra con nosotros mismos que debemos soltar, sino podemos ver conflictos en: El terreno físico y sexual, cansancio, orgullo, poca capacidad de perdonar, lucha interna.
LO POSITIVO DEL 11:
1. Fluyen, gran conexión con Dios. Tienen la certeza de que todo proviene de Dios y todo vuelve a Dios.
2. Saben que su alma es grande y que esto se debe a la conexión permanente con la DIVINIDAD.
LOS CONFLICTOS:
1. Confusión interna.
2. Cansancio sin razón.
3. Vemos nuestros dones, pero al no entregarnos al proyecto divino, no podemos plasmarlo ni proyectarlo.
4. Si logramos rendirnos, entregándonos a la voluntad superior, podremos ser representantes de ésta, logrando el acercamiento a nuestra auto-maestría.
INFLUENCIA SOBRE LA PERSONALIDAD:
1. Inspiración que eleva nuestra la consciencia y la de los demás.
2. Maestría en la realidad física.
3. Si no se logra la Maestría en el plano físico, siempre estaremos preocupados de la apariencia ilusoria de los sentidos.
4. Materialistas.
5. Preocupados de lo que otros opinan de nosotros.
6. Frustración.
7. Insatisfacción.
LOS REGALOS DEL ONCE:
1. En el instante en que tomamos consciencia de lo que somos y tenemos, seremos un puente para los hombres, entre éste y otros planos.
2. Seremos capaces de expresar la energía de cualquiera de nuestros cuerpos espirituales cuando necesiten hacerlo.
3. Abundancia.
LAS MISIONES DEL ONCE:
1. Apoyo en la transmutación, elevando la consciencia propia y la de los demás.
2. Ser un constante ejemplo de vida espiritual.
3. Expandirnos hasta el infinito.
4. Desarrollar nuestros talentos.
5. Buscar nuevos principios.
6. Confiar en la intuición.
7. Reconocer que estaremos a merced de una tremenda ENERGÍA PARA SALVAR O DESTRUIR
RECOMENDACIONES PARA MISIÓN NÚMERO 11
No caminar la polaridad que habita entre la divinidad y la ilusión o energía creadora o destructora.
DECRETOS:
1. YO SOY la intuición despierta en mí que me eleva y transforma.
2. YO SOY mi expansión infinita.
ACCIONES:
1. Meditando, silencio, purificación.
2. Humildad, paciencia, empatía.
2. Meditar o hacer trabajo con una esfera de cristal (blanca o violeta) sobre chakra 7.
«GRAN ESPÍRITU… AYÚDAME A SOSTENER MI EMOCIÓN, PARA QUE SEA UNA ALIADA Y NO UNA TRAMPA».
JODOROWSKI NOS HABLA DE ESTA ENERGÍA:
«Os esperaba. Soy el inicio del nuevo ciclo y, después de todo lo que habéis llevado a cabo, no podríais vivir si no me conocierais. Os enseñaré a vencer el miedo: conmigo estaréis dispuestos a verlo todo, a oírlo todo, a probarlo todo, a tocarlo todo. Los sentidos no tienen límites, pero la moral está hecha de miedos. Os haré ver la inmensa ciénaga de vuestras pulsiones, las sublimes y las tenebrosas. Soy la fuerza oscura que asciende en vosotros hacia la luz. Del centro de las profundidades, de los subterráneos de mi ser, brota mi energía creadora. Echo raíces en el cieno, en lo más denso, más terrorífico, más insensato. Como un horno ardiente, mi sexo exhala deseos que, a primera vista, parecen de naturaleza bestial, pero que no son sino el canto oculto en la materia desde el origen del universo.
Mi intelecto, luz procedente de las estrellas, fría como el infinito, actúa sobre el calor eterno del magma para producir el rugido creador. Cielo y Tierra se unen en ese grito, despertando al mundo. Puedo hacer que cada humilde piedra se convierta en una obra de arte. Puedo hacer que en árboles raquíticos crezcan frutos jugosos. Puedo transformar la línea del horizonte en un tajo púrpura, vivo, como un largo e infinito rubí. Cada una de las huellas que mis pies potentes dejan en el barro se convierte en colmena que derrama miel.
Dejo que circule en mi cuerpo de abajo arriba, como las olas de un océano proceloso, el impulso sublime y feroz que el mundo necesita.
Llamadlo como os parezca: potencia sexual, energía de la materia, dragón, kundalini… Es un caos inconmensurable que cobra forma en mi interior. En mi vientre se unen un diablo y un ángel, formando un torbellino. Como un árbol, estiro mis ramas hacia el cielo reforzando al mismo tiempo mis raíces en la tierra. Soy una escalera por la cual la energía sube y baja simultáneamente. Nada me asusta. Soy el comienzo de la creación.»
Namaste.
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